Es muy probable que a la hora de afrontar una reforma las decisiones más dubitativas sean las de elegir un tipo de suelo. Y es normal. El suelo marca el plano horizontal donde nos movemos. Marca límites pero también transiciones. Por el área a ocupar, acaba definiendo parte del carácter del espacio por el protagonismo que es capaz de alcanzar.
A pesar de encontrar en el mercado una inmensa cantidad de suelos, hoy me centraré en definirte y hablarte de algunos pavimentos continuos. En colores claros y acabado mate resultan perfectos para conseguir una sensación de amplitud en espacios pequeños.
Después de este post espero puedas distinguir entre suelos vinílicos, de hormigón, de resinas o de microcemento.
A continuación un pequeño diccionario visual para que te sirva de guía.
Suelos de microcemento.
Aunque solemos verlo ejecutado en proyectos de grandes superficies, este tipo de suelo resulta muy recomendable para espacios pequeños (viviendas de pocos metros cuadrados o locales de restauración por ejemplo). Al ser un pavimento continuo, carente de juntas o cortes, se consigue un efecto de continuidad entre estancias y genera un efecto visual de amplitud. Además de encontrarte con una amplia gama de colores, también puedes optar por acabados en óxidos o metálicos. En cuanto a su ejecución, a diferencia del hormigón pulido, el microcemento no requiere juntas.
Suelos de resina epoxi.
Si de hablar de suelos continuos se trata, no podemos dejar atrás a los pavimentos formados a partir de la resina epoxi. De espesor reducido, se vierte de manera líquida, tiene la propiedad de autonivelarse y lo puedes instalar sin retirar el pavimento antiguo. Además es un material resistente a la abrasión y de fácil limpieza. Acabados que permite el material: mate, satinado o brillante. Es necesario protegerlo con ceras o poliuretano para evitar ralladuras en el pavimento.
Suelos de hormigón pulido.
Este tipo de pavimento tiene prácticamente la misma apariencia que el microcemento, no obstante, el microcemento, por los componentes utilizados en su fabricación tiene más prestaciones y es la versión mejorada del hormigón pulido. Su ventaja: el hormigón pulido es más económico. Por retracciones del material si es necesario dejar juntas aunque siempre serán mucho menores que en un suelo cerámico.
Suelos de vinilo.
Su mayor ventaja es la durabilidad que ofrecen. Además son muy resistentes a las manchas, la suciedad y a los arañazos así como 100% resistentes a la humedad. Son de fácil ejecución y es otro de los materiales a recurrir si queremos un pavimento continuo. Existen en el mercado innumerables diseños, desde imitaciones a madera hasta cualquier tipo de geometría y estampados.
Suelos de vinilo tejido.
Este tipo de revestimientos tiene la apariencia textil. Como si de una gran alfombra se tratase, el vinilo tejido es capaz de conseguir el mismo aspecto, proporcionando una mayor durabilidad y fácil limpieza. Personalmente prefiero este segundo material ya que aporta algo fundamental en cualquier diseño de interiorismo: textura.
Como has podido comprobar, además del aspecto que quieras obtener, deberás tener en cuenta el uso que va a tener el espacio a reformar ya que es probable que un material sea más apto que otro según para qué estancia. Además de la limpieza del material deberás tener en cuenta el índice de resbaladicidad de estos pavimentos.
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